Belleza y vacío, armonía y ausencía, volumen y oscuridad. Las esculturas como representación de los ideales de belleza, divinidad o fantasia. Los ojos vacíos de las esculturas siempre ejercieron en mi una gran atracción. Esos cuerpos y rostros a imágen y semejanza de los nuestros, pero con ojos ciegos, son una gran metáfora de nuestra propia ceguera ante la realidad que nos rodea y las terribles consecuencias que esto trae para la humanidad. Esta serie es producto de esas reflexiones.
Belleza y vacío, armonía y ausencía, volumen y oscuridad. Las esculturas como representación de los ideales de belleza, divinidad o fantasia. Los ojos vacíos de las esculturas siempre ejercieron en mi una gran atracción. Esos cuerpos y rostros a imágen y semejanza de los nuestros, pero con ojos ciegos, son una gran metáfora de nuestra propia ceguera ante la realidad que nos rodea y las terribles consecuencias que esto trae para la humanidad. Esta serie es producto de esas reflexiones.
Belleza y vacío, armonía y ausencía, volumen y oscuridad. Las esculturas como representación de los ideales de belleza, divinidad o fantasia. Los ojos vacíos de las esculturas siempre ejercieron en mi una gran atracción. Esos cuerpos y rostros a imágen y semejanza de los nuestros, pero con ojos ciegos, son una gran metáfora de nuestra propia ceguera ante la realidad que nos rodea y las terribles consecuencias que esto trae para la humanidad. Esta serie es producto de esas reflexiones.